INOCENCIA, no va de nunca cometer errores, sino de verte sin culpas y aprender de ellos.
TatiCarrizo
La vida suele ser una sucesión de recuerdos pasados, llenos de: debió haber sido, y si hubiera dicho o hecho, es que fui la peor, fue el mejor... Que por mucho que lo repensemos y atormentemos nunca podremos cambiar absolutamente nada.
Al igual que cuando intentamos controlar el futuro, quiero ser mamá pero no puedo, no quiero serlo pero me embaracé, si me enfoco en hacer mucho dinero seré feliz, si consigo una pareja estaré completo, tengo que ser fiel para demostrar que soy la mejor pareja del mundo, quiero ser reconocido para sentirme bien, en fin un millón de películas mentales que basan la idea de felicidad o perfección en algo externo, de donde sucederá justo eso que no esperábamos, o eso que tanto tratábamos de evitar.
Porque la vida nos da a cada instante, no lo que queremos, sino lo que necesitamos para trascender esas repeticiones (parejas, trabajos, rechazos, insatisfacciones...) y con trascender me refiero a poder ver esas circunstancias de dolor o frustración desde otra perspectiva, en la que lo de afuera deja de tener poder de lastimarnos y es simplemente distinto, en donde las opciones aparecen sin esfuerzo, entendiendo que no puedo cambiar lo que hice, lo que hicieron, lo que sucedió, pero si elegir verme libre de culpas y sin poder de juzgar a los demás, porque al igual que tú/yo hacen lo que pueden a cada instante.
Y nuestra única responsabilidad es estar atento a lo que vivo a cada momento, ser honesto con lo que siento, dejar de reprimirme o complacer al otro, por miedo a estar solo o a perder algo, que sencillamente nunca fue tuyo, porque no necesitamos salvadores, pastillas mágicas, drogas anestesiadoras, o gigantescas sumas de dinero para llenar nuestras carencias emocionales.
Tan solo ser libres de sentir y experimentar lo que hay, sin miedo a cagarla o explotar, con la inocencia de ser, y de saber que todo, absolutamente como es, es perfecto y aceptable, porque la existencia no mide quien es mejor o peor, le da la bienvenida a todo sin excepción, y nuestra misión es ir reconociéndonos como ella nos ve, dignos y grandiosos, amorosos, abundantes y sobre todo auténticos y libres de ser lo que se te dé la gana, porque eres tú único juez, verdugo y salvador, por eso cuando todo lo que vez es hostil, recuerda que siempre puedes cambiar de enfoque y elegir verlo con inocencia, libre de culpas y de juicios, y preguntarte no el por qué me pasa esto, sino PARA QUÉ.